Cuanto más cantidad de plaguicidas y pesticidas usamos para controlar las plagas en el campo, tanto ya sean árboles frutales, pepinos, plátanos, tomate, lechuga, etc, más y más problemas tendremos con las nuevas generaciones de plagas en un futuro inmediato.
Estás bacterias, microorganismos, o cualquiera de los animales que le producen serios daños en las plantaciones de cualquier tipo de fruta, hortaliza, etc, llevan ya, miles de años en nuestro planeta sobreviviendo, venciendo a los plaguicidas incluso cuando no había ningún tipo de control, ni de conciencia con el medioambiente, ni tan siquiera con nosotros mismos al aplicarlos indiscriminadamente, en el tipo de química que se usaban en los fitosanitarios, o pesticidas arrasando literalmente sin distinción cualquier Pulgón, araña roja, arácnidos, hormigas, nematodos, etc..
Pues, aún con todo esto, no hemos conseguido acabar con los ciclos de vida de dichas plagas, apareciendo cada vez con más ìmpetu, más resistentes, más fortificadas..situación que nos debería dar para una reflexión.

Tal vez porque menos en este caso concreto, es más, porque lo que nos han dicho en diversas ocasiones, si se trabajara en el campo, los peritos agrícolas con la manera, dosis y forma de empleo de los susodichos fitosanitarios, más conocidos como “venenos”, sería la única manera de controlar las plagas con mayor efectividad.
Las dosis o cantidades de plaguicidas deben ser mínimas, y muy separadas en el tiempo, la pulverización lo máximo posible para que se adhieran con eficacia a los cultivos tratados, en vez de bañarlos como se hacía antiguamente, los plazos de seguridad tanto para el consumidor, como para la recolección de la fruta, hortaliza etc, deben ser respetado concienzudamente…
